La isla japonesa donde no pueden entrar mujeres

 

Basados en su cultura sagrada y en el extremo secretismo del lugar, Okinoshima es uno de los últimos lugares del mundo en los que el sexo de los visitantes sigue siendo importante para ingresar.

 

Puede parecer insólito, pero ¿nos creerías si te dijéramos que en pleno siglo XXI aún existe un lugar en el mundo al cual las mujeres no pueden entrar? Y no hablamos de una ciudad de Medio Oriente ni de los territorios de una tribu perdida en la selva africana, sino de una curiosa isla de Japón.

Ubicada en el sureste del país, Okinoshima acaba de ser nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por ser un “ejemplo excepcional de la tradición de culto de una isla sagrada”, perteneciente al Santuario Munakata Taisha. En ella vive permanentemente un sacerdote sintoísta, que les reza a los dioses del mar y protege las 80.000 ofrendas que se guardan en la isla.

Okinoshima, Japón

Así son los santuarios sintoístas de Okinoshima

 

Sin embargo, una vez al año, durante el “Festival de Mayo”, Okinoshima les abre sus puertas a 200 hombres previamente seleccionados; antes de pisarla, es necesario que se bañen desnudos en el océano para purificarse, lo cual de seguro no harían en caso de que hubiese mujeres cerca. Aunque aún así no queda claro

el motivo para prohibirles el ingreso, una de las teorías dice que, como la religión sintoísta considera que la sangre es un elemento impuro, al menstruar las mujeres contaminarían este lugar sagrado.

Okinoshima, Japón

Al parecer, la isla es realmente hermosa. ¡Qué pena no poder visitarla!

 

Como si las reglas de esta isla fueran pocas, está prohibido comer carne de animales de cuatro patas en su interior, llevarse recuerdos de ella y compartir la experiencia vivida con otras personas. Al más puro estilo de Las Vegas, lo que sucede en Okinoshima se queda en Okinoshima.

Aunque parezca insólito, esta isla japonesa no es el único lugar del mundo en el que no se permiten mujeres. Lo mismo ocurre en el Monte Athos, en Grecia, donde sólo pueden vivir monjes ortodoxos; por su parte, recién desde 2016 la mezquita india de Haji Ali Dargah, en Mumbai, abrió las puertas para personas de todos los sexos.

Probablemente nunca nos enteremos de lo que ocurre cada mayo en Okinoshima, aunque, para qué estamos con cosas… ¡nos morimos de ganas de saber!

Lugar:

Japón

Intereses:

Religiones

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