La guía multifacética de Sydney (parte 3)


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El escenario de la popular ciudad de Australia es absolutamente internacional. No sólo por la cantidad de inmigrantes de múltiples nacionalidades que hoy en día la habitan, sino también por el gran número de turistas que recibe cada año. Sin embargo, ha encontrado un estilo relajado, amigable y para todos los gustos. Conoce cuáles son sus imperdibles para descubrir en siete días.

 

¿Qué hacer en una semana en Sydney? 

Día 1: Welcome to Sydney!

Es probable que el primer día sea el más cansador por el desfase horario que existe entre Australia y Chile (son 14 horas de diferencia). Por eso recomiendo partir por lo clásico y más accesible.

Si estás alojando en la ciudad no te costará nada llegar a la zona turística, pero si estás en algún suburbio más alejado puedes tomar el tren hasta la estación de Circular Quay. Incluso antes de bajar del vagón podrás ver el imponente Sydney Opera House, el cual además comanda el lugar por ser una de las atracciones más famosas. Una vez ahí puedes hacer un tour para conocer el Concert Hall o reservar con anticipación para asistir a alguna obra de teatro, danza, ópera o conciertos. Otra opción es almorzar en cualquiera de sus restoranes o tomar una champaña de bienvenida en los bares de la orilla.

Sydney Opera House, Sydney, Australia

Sydney Opera House

 

El siguiente paso es conocer el Royal Botanic Garden, porque ofrece vistas maravillosas hacia el resto del puerto y es un excelente espacio para meditar y/o descansar en la naturaleza. Es un oasis urbano de 30 hectáreas donde te empiezas a dar cuenta de la gran variedad de flora, aves y animales que existen en este país (todos libres y gozando también de los espacios públicos).

Para llegar nuevamente al mismo punto en Circular Quay, puedes caminar por dentro del parque y empezar el recorrido hacia el lado oeste, en dirección al Museum of Contemporary Art, cuya entrada es gratuita y siempre transmite algo inspirador y entretenido que aprender. Además, desde su terraza en el techo tendrás una vista panorámica de todo el puerto.

Lo mejor para terminar el día es comer algo liviano e ir a dormir temprano para recuperar el sueño.

Día 2: Rincones en la ciudad

El famoso jetlag no es chiste, así que lo más seguro es que en el segundo día sigas desadaptado con el horario. Por eso aconsejo dormir hasta un poco más tarde para recobrar energías y, sin duda, partir el día con un buen café de grano.

Puedes empezar la jornada con un paseo desde Town Hall. Elige George, Pitt o King Street, porque son calles llenas de vida y movimiento, donde puedes encontrar buenos malls si te interesa comprar. Si es ese el caso, no puedes perderte las tiendas del Queen Victoria Building, porque todas tienen algo especial, además de que las vitrinas son siempre novedosas y perfectamente bellas.

Si caminas por George Street (desde Town Hall hacia Martin Place), desvíate hacia un pequeño pasaje escondido llamado Angels Place, pues es uno de esos rincones que te entregarán una sorpresa.

Newtown, Sydney, Australia

Newtown

 

En la tarde puedes tomar el tren o un bus hacia Newtown en búsqueda de lo alternativo; hay varias tiendas con ropa y objetos vintage, centros de terapias complementarias o bares con música en vivo. Pero si prefieres algo de más bajo perfil, puedes tomar un bus en dirección a Paddington para pasear y vitrinear por tiendas más elegantes, o recorrer las galerías de arte.

Día 3: Vamos a la playa, oh oh oh eh oh!

Hoy despertarás con el cuerpo un poco más repuesto, así que es tiempo de acercarte a la playa. Los 5.5 km del Coastal Walk que une la playa de Bondi con la de Coogee es sensacional. Se puede partir por cualquiera de ambos puntos, porque la idea es recorrerlo entero, sin apuro y con la oportunidad de parar a comer o a bañarse en las distintas playas. También es rico darse el tiempo de detenerse en los miradores para ver delfines y ballenas desde las quebradas.

 

Coastal Walk, Sydney, Australia

Coastal Walk

En el camino vas pasando por Tamarama, Bronte, el cementerio de Waverly, Clovelly y Gordons Bay. Aviso que es imprescindible llevar traje de baño y bloqueador solar, un sombrero y cámara de fotos, porque este recorrido costero va intersectando vistas panorámicas, piscinas de mar y playas custodiadas por salvavidas.

No olvides que hay parques con parrillas a sus lados, por si se te antoja organizar un asado. Para mí es mejor partir desde Coogee, para después instalarse en el Pavilion de Bondi, donde podrás comer y tomar algo rico.

Día 4: Relajo, parque y cultura

Lo más seguro es que las cervezas de la velada anterior te hayan hecho trasnochar, así que mereces darte un día de relajo partiendo con un thai massage (encontrarás centros en todos lados). Una vez recuperado, y para seguir con la tranquilidad, te invito a gozar de otro día al aire libre.

Si te gustan los jardines y áreas verdes no puedes perderte el Centennial Park. Este lugar es uno de los espacios con más historia de la ciudad (se abrió al público en 1888), y se le conoce como el pulmón verdes de Sydney. Ofrece excursiones, diferentes actividades para hacer en familia, equitación y ciclismo, y, si eres observador, podrás percibir la gran diversidad de vida silvestre.

Centennial Park, Sydney, Australia

Centennial Park

 

Lo mejor es hacer un picnic para ahorrar unos dólares e instalarse en un lugar tranquilo. Así también tendrás tiempo para preparar el itinerario de la tarde, porque ya es tiempo de que conozcas el sector de The Rocks. Para comenzar con el recorrido, visita alguna exhibición de las muchas galerías de arte de la zona y camina hasta cansarte por todas las calles. Puedes pasar la tarde-noche en algún pintoresco restorán o pub, ojalá con terraza para admirar el atardecer con vista al Opera House.

Día 5: El istmo de la calma

A estas alturas tu tarjeta Opal ya debería tener los ocho viajes, así que podrás transitar gratis. No esperes más y súbete en un ferry para pasar otro día de relax en Manly, y explorar la parte más lejana del puerto de Sydney. Es un viaje de media hora en el que podrás ir viendo los distintos suburbios de la ciudad, el tráfico marítimo del puerto y, si tienes suerte, uno que otro delfín.

Shelly Beach, Sydney, Australia

Shelly Beach

 

Al llegar, lo mejor es caminar por la inmensa playa de arena dorada y regresar al muelle para tomar unas cervezas o un helado. Pasea por el camino escénico del pueblo y, si eres más aventurero, haz alguna de las rutas de senderismo desde Shelly Beach (zona residencial oeste). Ahí también puedes hacer snorkel en la pequeña bahía que está llena de vida marina.

Recuerda que siempre puedes llevar tu tabla de surf o tomar un tour de buceo si es que eres más experimentado. A la vuelta asegúrate de tener un buen puesto en el ferry, para tomar fotos desde el agua y capturar la ciudad desde otra perspectiva.

Ferry Sydney, Australia

Ferry

 

Día 6: Prepara tu botella de agua

Llegó el día de madrugar para ir al Parque Nacional de las Blue Mountains, el cual está a una hora en tren desde la ciudad. Tienes que llegar a la estación de Central y desde ahí tomar el tren de la plataforma 7 que va en dirección a Katoomba.

Este parque tiene muchos atractivos naturales espectaculares, pero puedes bajarte una estación antes para hacer una increíble caminata entre medio de la naturaleza hasta llegar a las Wentworth Falls. Si no, puedes seguir hasta Katoomba para conocer el pueblo del valle de Jamison y ver las torres de roca llamadas Three Sisters.

Wentworth Falls, Sydney, Australia

Wentworth Falls

Te recomiendo estudiar en la página web qué clase de paseo buscas, así podrás elegir lo que más se adapta a tus expectativas, agenda y experiencia en trekking.

Día 7: Último día de compras y souvenirs

¿Quieres llevarte algún recuerdito material de este maravilloso viaje? Te aconsejo que te dirijas directamente al Paddys Market (abierto de miércoles a domingo), ubicado en pleno barrio de Chinatown (después puedes dar vueltas por esas calles).

Allí encontrarás un inmenso mercado de frutas, verduras, ropa, tecnología y recuerdos típicos de Australia. Preocúpate de mirar todo primero y comprar lo que te gustó en la segunda vuelta, porque los vendedores son buenos para poner precios altos si es que no sabe regatear.

Si todavía tienes un poco de tiempo, sería bueno que vayas al Glebe Market (si te toca un sábado) o darte una vuelta en Surry Hills para conocer las últimas tiendas de moda, comer algo bueno y tomar unos tragos de despedida.

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