La Gran Muralla China: un verdadero muro de escalada

 

Esta Maravilla del Mundo tiene su título merecidísimo. La Gran Muralla China es un tour aventurero y quizás el lugar perfecto para ver cómo los chinos disfrutan de sus propias construcciones. 

 

Nos quedamos en Beijing cinco días para alcanzar a verlo todo. Literalmente, y como buenos mochileros, dejamos las patas en la calle. Veníamos postergando la visita a la Gran Muralla China por asuntos de clima: estaba muy helado y nos habían dicho que no tenía gracia verla así, ya que la vista que ofrece es muy linda como para perdérsela. Sin embargo, tuvimos un lucky day, pues el día que finalmente escogimos para visitarla amaneció frío pero despejado. El típico sol de invierno.

Motivados, partimos alrededor de las 7 AM a comprar los tickets de tren que nos llevarían a Badaling, una de las tantas entradas que tiene esta Maravilla del Mundo y sin duda la más popular. Muchos recomiendan no ir a esa, ya que como es muy barato llegar y está a solo 70 km de Beijing, se llena de turistas. Pero para los que andábamos al filo del tiempo, la opción no fue tan terrible. De hecho, esperaba que fuera mucho peor.

Muralla China

¡Lo logré! ¡Llegué a la Gran Muralla China!

Tomamos el tren como a las 9 AM. Me acuerdo que trataba de encontrar occidentales y no los había. Efectivamente, tomar el camino de Badaling es para turistas… pero chinos. Como fuimos en época de fiestas patrias, Beijing estaba colapsado de chinos de otras ciudades. Y obviamente la Muralla para ellos también es un imperdible. Sin embargo, la ida no fue tan macabra. Los paisajes eran preciosos y lo mejor de todo es que estaba despejado. Ves las montañas encima y, a medida que te vas acercando, aparecen pedazos de muralla entre medio de los cerros y los árboles. Sin embargo, la llegada fue un poco caótica. Ingenuamente pensé que, al estar en una atracción turística de estas magnitudes, los chinos hablarían inglés. Pero no. Cobrar el puro ticket nos tomó 15 minutos, sin olvidar el hecho de que estábamos en China, un país reconocido por estar sobrepoblado.

Al mirar la entrada principal sólo vi paraguas de colores –no porque lloviera, los ocupan para protegerse del sol– y muchos cursos de básica con mínimo 30 niños (sí, esos son los paseos de colegio allá). Suena un poco tonto, pero por inercia todos los grupos partían el recorrido por la derecha. Eran tan así que con Diego pensamos que era obligación. Por suerte, para escapar de la multitud y poder disfrutar y tomar fotos lindas (¡era lo que más me preocupaba!), decidimos irnos por la izquierda. Excelente y sabia decisión. Pocos nos seguían y los que ya habían ido por ese lado, venían de regreso.

Gran Muralla China

La Gran Muralla China tiene 21.196 km

Nunca lo imaginé, pero la Muralla es muy, demasiado y a veces extremadamente, empinada. Tanto así que hay barreras a los costados para ir afirmándose. Yo, más que caminar por la Muralla, la trepé. Finalmente llegamos hasta donde se estaba permitido llegar por ese lado. Tomamos infinitas fotos, ya que poca gente alcanzaba ese punto, pues solo en ese camino estuvimos cerca de dos horas y media. Lo difícil fue volver al punto de inicio para ir a recorrer el lado derecho. Bajar era aún más complicado y, para peor, la construcción de la Muralla es muy resbalosa.

Logramos tomar el camino derecho, que seguía bastante lleno. Por lo mismo, no lo disfrutamos tanto como el anterior. Cada vez hacía un poquito más de calor, lo que complicaba el hecho de caminar, a veces trepar y tener que lidiar con los chinos que la mayoría del tiempo no se acuerdan de algunas normas básicas de educación. Después de una hora caminando llegamos a una especie de Rodelbahn y decidimos devolvernos. A pesar de lo muy lleno que estaba el camino, valió la pena.

Lo más terrible de todo fue la vuelta a Beijing: tomamos un tren repleto, nos fuimos sentados en el suelo cansadísimos, unos chinos se agarraron a combos mientras hacíamos la fila para subir al vagón y entre todos tenían un festival de sonidos y olores provenientes de diferentes partes de sus cuerpos (no sé si me explico). Aún así, solo cerraba los ojos o revisaba las fotos de mi cámara. Mi único pensamiento era “lo logré, llegué a la Gran Muralla China”.

Gran Muralla China

La mejor opción es subir por el lado izquierdo

Lugar:

China

Intereses:

Gente Historia

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