La dolorosa visita a un campo de concentración


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Luego de tres días en Cracovia tomamos el tour para visitar los campos de concentración de Auschwitz – Birkenau. Y la verdad es que no le tomé el peso a la visita hasta estar allá. Un tour que te traslada a 1940 para revivir un período tan macabro como lo fue el régimen Nazi. Es muy triste, pero también ayuda para seguir aprendiendo y saber, de verdad, lo que significó para países que vemos tan lejanos. 

 

Arbeit macht frei

El irónico «Arbeit macht frei»

– Que lo disfruten. O más bien, que aprendan harto. Nadie puede disfrutar ese lugar – nos dijo la niña polaca encargada del hostal al despedirnos.

Al oeste de Cracovia, a 43 kilómetros, está el mayor centro de exterminio Nazi. Con Diego somos amantes de la historia universal. Ya habíamos estado en Berlín donde aprendimos detalles sobre acontecimientos que suenan muy diferentes cuando te los cuentan en el lugar de los hechos. En Cracovia, Auschwitz – Birkenau era visita obligatoria.

Estaba colapsado de grupos de tour. El nuestro era de aproximadamente 12 personas. Fue necesario tomar el español, por mucho que habláramos inglés. No queríamos que quedara pendiente ni un solo detalle.

Arbeit macht frei es la frase alemana grabada en el portón principal que da la bienvenida al campo de concentración de Auschwitz. Irónicamente, significa “el trabajo hace libre”. A los prisioneros que ahí llegaban les hacían creer que, por su trabajo forzado en el campo, quedarían libres de cualquier castigo.

Exhibición de las prótesis en Auschwitz

Prótesis de los discapacitados

A medida que vas caminando por el recinto te vas topando con los pabellones, cada uno para un grupo en particular: el de hombres, el de mujeres, las oficinas de la SS, entre otros. Para hacer aún más real la visita, y a medida que van relatando la historia, conservan cuidadosamente artículos de la época. Una de las cosas que más me impactó fue cuando entré a la sala donde mantienen las prótesis de los discapacitados –quienes no sobrevivían a la selección para quedar en el campo por ser “inútiles” para trabajar– o la que tiene, detrás de un ventanal, colchones gigantes hechos de pelo humano (antes de ingresar los rapaban). Zapatos, maletas, accesorios de belleza y aseo, todo lo tienen ahí. Se siente y se vive el dolor.

Luego de una hora y media de tour cruzamos a Birkenau (o también llamado Auschwitz II), que está a 5 minutos en auto desde Auschwitz. Ahí está el riel del tren desde donde se bajaban los prisioneros. Lo más impresionante de Birkenau es que mantiene las ruinas de las cámaras de gas ahí, intactas. Algunos de los barrancones, como el de las mujeres y niños, también son los verdaderos. Otros están reconstruidos para poder formarse una imagen de lo que era el campo.

Como a las 6 de la tarde terminó nuestro tour. Fue súper fuerte, pero lamentablemente fue una realidad vivida por millones de personas. Soy del pensamiento que no podemos cegarnos ni hacer oídos sordos. Es historia y mientras se trate con respeto, creo que es necesario aprender de ella.

Birnkenau

Los rieles en Birkenau

Lugar:

Polonia

Intereses:

Historia

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