Si ya compraste los pasajes, prepárate porque cuando tengas que sacar la visa o el permiso para entrar, las autoridades se meterán hasta lo más profundo de tu vida personal.

Desde que Trump asumió la cabeza de Estados Unidos, no hemos dejado de recibir  noticias dignas del Semanario Insólito. Esta vez los afectados por sus decisiones políticas, que hacen caso a su insoportable delirio de persecución, somos nosotros, los viajeros.

Cuando pensábamos que la cosa se ponía fácil para algunos países de Latinoamérica gracias a la eliminación de la visa, el presidente norteamericano decidió inmiscuirse aún más en nuestra vida personal. Esto, porque desde ahora al solicitar el permiso para entrar (o la visa, en el caso de ciertos países), tendremos que rellenar un cuestionario con preguntas acerca de nuestra actividad en redes sociales.

Gracias, Donald

Pero eso no es todo. Eventualmente, también se nos pedirán otros datos bastante curiosos, como todos nuestros números de pasaporte anteriores e información personal relacionada con trabajos pasados o viajes realizados a lo largo de nuestra vida.

Así las cosas, las opciones son dos: viajar arriesgándonos a que nos nieguen el ingreso al “país de las oportunidades” o aguantar nuestras ganas de ir durante cuatro años, hasta que Trump deje el cargo y tome el poder otro presidente con menos temor a los inmigrantes. ¿Por cuál optas tú?

¿Arriesgarnos o esperar?