Jamaica, no problem!
En este lugar conocí la diferencia entre viajar e ir de vacaciones. Realmente no existe una mejor frase para describir esta isla, es que Jamaica realmente es “no problem!”.
Hace tiempo teníamos ganas de viajar en familia. Barajamos muchas opciones, pero el misterio, sus playas y su onda nos hicieron elegir Jamaica. Al irnos con mis padres necesitábamos ciertas comodidades, así que dejé la mochila, tomé la maleta y optamos por un all inclusive.
Voy a ser sincera: sería mi primera experiencia en la que al final del día no tendría que preocuparme de cuánto saldría la cuenta o de destinar cierta cantidad de dinero por día. Eran los beneficios propios de un sistema todo incluido que nos permitía comer y tomar libremente, pues ya estaba todo pagado.
Para un viajero que acostumbra a patiperrear con mochila y dormir en hostales o campings, resulta toda una aventura venderse a este sistema por unos días. Pero, a la larga, cada experiencia es una historia nueva que contar.
Estaba apunto de despedirme, por primera vez, de los Maruchan para viajar.
El hotel: increíble
Despegamos desde Santiago un grupo de 11 personas compuesto por mis papás, mis hermanos y algunos amigos de la familia. Llegamos al hotel que resultó ser, para mí, un lujo. Las habitaciones eran enormes y tenían jacuzzi, los desayunos continentales eran increíbles y había cerveza por doquier.
Las playas y sus colores me hacían despertar a las 8 AM para disfrutar de su temperatura y de lo bien que se sentía estar en Jamaica. Por la noche disfrutábamos juntos en un bar donde la música reggae era la protagonista, para terminar con un show musical.
La banda sonora de los grillos propios del lugar se convertía en un placer adictivo para los oídos. Según nos contaban, existían más de ocho tipos diferentes de esta especie, que se mezclaban por las noches haciendo de su sonido algo inolvidable.
Uno de los lugares que más disfrutamos fue el bar en la piscina, el punto de encuentro para todos nosotros, y para compartir también con gente de todo el mundo. Allí no sólo disfrutábamos del sol, sino también de Bob Marley, el trago típico para los turistas.
Dentro del hotel trabajaba Fernando, un mexicano muy buena onda que nos ayudó a conocer mejor donde estábamos, dándonos datos y contándonos cosas propias del lugar. Además de orientarnos nos llevó a pasear por una de las playas mientras nos alucinaba con sus historias. Es que he conocido buenos contadores de historias y a Fernando, ¡todo un artista!
Salir del all inclusive
Mi esencia patiperra afloró, así que insistí en visitar lugares fuera del hotel. La primera parada fue la laguna luminosa, de la que me había hecho muchas expectativas, pues leí que era de los pocos lugares en el mundo donde ocurría ese fenómeno. Llegamos al lugar en un bote, nos lanzamos al agua y, aunque realmente ocurría el fenómeno, no era nada del otro mundo. Pero las experiencias hay que vivirlas y para eso estábamos ahí.
Nuestra segunda parada fue Negril, un sector con playas de miles de kilómetros con agua cristalina y tibia, ideal para esta familia aventurera. Mientras disfrutábamos de la playa, un hombre nos ofreció langostas frescas, así que por sólo US$ 10 las comimos en la orilla del mar (¡estoy salivando con este recuerdo!).
Terminamos el día en el Rick’s Café, disfrutando de la música y de los saltos al mar desde las alturas, un clásico del lugar.
Tremenda experiencia
Si hay algo que destacar de Jamaica, es su música. Yo me enamoré del reggae y del estilo rastafari. Es que realmente el lugar era como lo imaginaba, con gente relajada y buena onda.
Por otro lado, ¿cómo no disfrutar de la ganja local? La marihuana está muy arraigada culturalmente a la isla, por lo que acceder a ella era muy fácil. Vivimos la experiencia de fumar y sí, lo pasamos genial. La risa no se compara con nada y nos logramos relajar y vivir la experiencia.
Fue un viaje diferente y maravilloso, pues no sólo descansamos, sino también disfrutamos en familia. Además, entendí la diferencia entre viajar e irse de vacaciones. Cada lugar es una nueva experiencia y sin duda alguna su lema debe ser «Jamaica, no problem!».