Guía práctica para no convertirse en un pasajero odioso
No hay nada peor que la persona que va a tu lado en el avión se transforme en una pesadilla durante todo el camino, sin dejarte dormir o disfrutar del viaje.
Los aviones pueden llegar a convertirse en una verdadera jungla, sobre todo durante los vuelos largos. Los fabricantes de estas aeronaves hacen malabares para que quepa la mayor cantidad de asientos posible y terminamos viajando como sardinas.
Y, como si esto no fuera lo suficientemente desagradable, muchos pasajeros no ponen de su parte para amenizar el vuelo, comportándose como unos verdaderos seres indeseables. Por eso, hicimos una lista con las actitudes más odiosas de este tipo de viajeros, para que tengas cuidado de no convertirte en uno de ellos.
Irse de pie
Los pasillos de los aviones son tan chicos que al pararse es imposible no molestar a las personas que están sentadas, sobre todo cuando se ponen a dar paseos de un extremo a otro. Para qué hablar de quienes tienen la manía de “estirar las piernas” cada cierto rato, pero eligen el asiento de la ventana: seres de pesadilla.
No respetar el espacio personal
Sabemos que los asientos de los aviones no son muy anchos, pero por todo lo que pagamos por el pasaje, una exigencia mínima es poder viajar cómodos. Pero no; siempre está el personaje que usa tu apoya codos o que estira tanto las piernas, que termina chocando con las del pasajero de adelante.
Sacarse los zapatos
No existe la posibilidad de abrir las ventanas ni de ventilar el de por sí “viciado” aire de los aviones. Por lo general, el que se saca los zapatos es una persona que perdió su sentido del olfato o le da exactamente lo mismo asfixiar al resto de los pasajeros con su fetidez.
Dejar la luz de lectura encendida
El mejor momento del vuelo es cuando apagan las luces del avión y por fin podemos dormir. El problema es que no falta el que prende su luz personal para leer o ver películas, se queda dormido y la deja así hasta que el avión aterriza.
Emborracharse
Podemos llegar a entender que muchas personas les tengan pánico a los aviones. Pero, en serio, emborracharte para no sentir el vuelo no es una opción. Mejor tómate una pastilla para dormir, con la que no terminarás haciendo escándalos ni pasando vergüenzas de las que luego te arrepentirás.
Comportarse como “patrón de fundo”
Los tripulantes están en los aviones para hacer de nuestro viaje lo más cómodo posible. Pero eso no significa que sean los esclavos de los pasajeros. Es que no falta la persona que los llama a cada rato para pedirles favores insólitos y que exige que le den más comida y bebidas “porque pagaron por eso”.
Querer conversar todo el camino
Está bien ser educado y saludar a quien va a tu lado, pero no contarle tu vida completa durante el vuelo. Si ves que tu compañero de asiento quiere dormir o está ocupado en otras cosas, no lo molestes tratando de conversarlo.