Las autoridades de esta localidad suiza decidieron prohibirles a los viajeros tomar fotografías en ella. Parece absurdo, pero si lo analizamos en profundidad la medida tiene un punto muy interesante.

Imagina llegar al pueblo más hermoso que hayas visto en tu vida, perdido en la campiña suiza. ¿Qué es lo primero que harías? Probablemente preparar tu cámara para sacar unas fotos increíbles y subirlas a Instagram. Cuando ya encontraste la toma perfecta, un policía te toca el hombro y te exige que guardes tu cámara.

Un pueblo chiquitito, pero estricto

La belleza de este particular pueblo sólo es superada por sus extrañas leyes. Es que, aunque no lo creas, en Bergün está prohibido tomar fotografías. Y si esto te parece ridículo, más extraño lo serán sus razones. No, no tiene que ver con lo molestos que son los palos de selfie; en realidad, sus autoridades creen que ver el pueblo en fotografías deprimiría a aquellos que nunca podrán visitarlo.

Para quienes sean pillados in fraganti quebrantando la ley, la municipalidad ha fijado una multa de 5 euros por fotografía. Pero, como no faltan los viajeros irresponsables, muchos se las han arreglado para tomar imágenes sin que los vean, gracias a quienes podemos conocer el pueblo. Y se ve realmente hermoso.

Quién sabe, quizás en los alrededores no haya tantos policías

En todo caso, la gente de Bergün piensa que más que una preocupación por el prójimo, esta nueva ley es una estrategia publicitaria de su alcalde para atraer más visitantes al destino. Y parece que le está resultando.

Como sea, la localidad ha logrado llamar la atención de los viajeros tanto por sus misteriosas reglas como por sus hermosos paisajes. Pero será mejor dejar la cámara en casa y disfrutar del viaje a la antigua, sólo con nuestros ojos. Así que ¡adiós redes sociales!

Así son las casitas de Bergün