De viajera a faraona en las pirámides de Egipto

Todos estudiamos en el colegio la cultura egipcia; nos hablaron de las pirámides, los jeroglíficos, los dioses con cabezas de animales y las momias. Lo aprendí y pasé de curso, pero jamás pensé que estaría frente a frente con las fotos de aquellos libros. Fue como viajar en el tiempo y despertar 4.500 años atrás. 

 

La primera parada obligada al llegar a es visitar las famosas pirámides de Egipto. Me subí a un caballo y cabalgué por el desierto del Sahara, cuando de repente a lo lejos aparecieron majestuosas las tres edificaciones de piedra que son símbolo de esta cultura milenaria. No lo niego, son impactantes, pero su grandeza se ve opacada por el deterioro del entorno: personas trepando por las pirámides haciendo caso omiso a las señaléticas y regulaciones, basura en el suelo que vuela de un lado a otro y un sinnúmero de vendedores ambulantes y falsos guías.

El Cairo deja mucho que desear. Es lejos una de las ciudades más contaminadas en las que he estado y, aunque nos trataron de convencer de que era neblina, claramente era smog. Como siempre en los viajes, decidí escapar de la gran ciudad. Tomamos un bus nocturno que me sorprendió gratamente por su comodidad y puntualidad. A las 7 de la mañana llegamos a Luxor y lo primero que pensé fue «esto sí que me gusta». Era exactamente lo que buscaba: una ciudad pequeña, calles de tierra, comida callejera, gente sonriente y ruinas llenas de historias por contar.

Cabalgata por el Sahara en Egipto

Cabalgando por el Sahara

A Luxor volvería una y mil veces, pues tiene ese toque de ciudad pueblo y en ella se encuentran los templos más hermosos que he visto, que me dejaron sin habla por horas.

Aunque no somos muy adeptos a los tours, tomamos uno al Valle de los Reyes, pues quedaba bastante lejos. Resultó que solo éramos cuatro personas: nosotros dos más un gringo y un británico.

Desde que ocurrió la Primavera Árabe el turismo en Egipto ha bajado notablemente, muchos hoteles han cerrado y donde antes se veían interminables filas para entrar a los puntos turísticos ahora reina la desolación. Un cementerio de barcos estacionados refleja lo que en algún momento fue un apogeo de cruceros por el río Nilo. Y este ha sido el peor año, pues los turistas aún con miedo por la revolución egipcia se sumaron a aquellos con temor frente a los nuevos atentados en Europa y los países en conflicto con ISIS.

Una real pena para un país tan hermoso y un pueblo que depende inmensamente del turismo. Sin embargo para nosotros no pudo ser más agradable tener los templos de Luxor y el Valle de los Reyes solo para nosotros; además, en todo momento nos sentimos seguros.

El Valle de los Reyes, como su nombre lo indica, es el lugar que más de 60 reyes del imperio eligieron para descansar eternamente. Cada tumba se comenzaba a escavar desde el momento que cada rey adquiría el poder, y se terminaban las obras el día de su muerte sin importar que quedara inconclusa.

Templo de Hatshepsut, Luxor, Egipto

Templo de Hatshepsut

No tengo fotos que mostrarles de las tumbas, pues en el Valle está prohibido tomar fotografías, lo que significaba que debía estar doblemente concentrada para recordar cada centímetro de aquel lugar, aunque hacer eso no fue para nada difícil. Al entrar en la primera tumba mi respiración se detuvo y quedé boquiabierta. Superó todas mis expectativas con creces: un túnel amplio y decorado con coloridos jeroglíficos que cuentan la historia de su reinado dirige hacia el centro de la tumba donde el faraón sería sepultado junto a sus tesoros en un enorme sarcófago.

La última tumba a la que entramos fue la de Tutankamón. En el pasado este célebre sepulcro recibía cientos de personas al día; había una fila constante de bajada y otra de subida, y sólo tenías unos segundos para permanecer adentro. Hoy la situación es opuesta. Por largos minutos estuvimos a solas con la momia más famosa de Egipto. Su pequeño tamaño demuestra que era tan sólo un niño cuando falleció y, aunque su nicho dista de la opulencia de los otros, pues sólo tuvieron un corto tiempo para construirla, fue la que se salvó de los profanadores de tumbas y por esta razón se encontraron todos sus tesoros en ella convirtiéndola así en la más renombrada mundialmente.

Podría escribir eternamente de todas las maravillas que vi y las que espero conocer en un próximo viaje. En resumen es por lejos uno de los lugares más impactantes que he estado en mi vida y espero que mi historia los motive a visitarlo y les quite cualquier miedo o aprensión que puedan tener. Sé que no se arrepentirán.

Templo de Hatshepsut, Luxor, Egipto

Desde el Templo de Hatshepsut

Lugar:

Egipto

Intereses:

#ViajerosFaro Historia

Comentarios