De tapas y cañas por Madrid


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¡Comida gratis! Ahora que tengo su atención les cuento que es verdad: en la capital española pueden alimentarse todo el día sin pagar ni un peso. Yo lo hice y fue simplemente maravilloso. 

 

Había escuchado el mito de que en España te sirven tapas cada vez que pides algo para tomar. Así que mi apetito voraz y mi insaciable curiosidad querían saber cuánto había de cierto en ello. Resultó ser mucho más que un mito, una realidad perfecta.

Salimos en la mañana para hacer un recorrido por Madrid y visitar las tabernas más famosas. Nos enfocamos en que su popularidad se debiera principalmente a pagar poco y recibir mucho (mi combinación favorita).

Primera parada: «Mareas Vivas». Llegamos a un lindo local con no más de ocho mesas –el resto se sentaba en la barra–, que lucía sus productos en los escaparates como si fuesen obras de arte, y realmente lo eran. Diversos manjares abrían mi apetito e incluso ahora al recordarlos vuelvo a salivar. Pedimos dos tintos de verano, mi nueva adicción para refrescarme. Para aquellos que no sepan qué es, consiste básicamente en vino tinto (lo más probable que de no muy buena calidad, si no mezclarlo sería un pecado) con bebida de limón, aunque los más elaborados llevan agua con gas y rodajas de naranja. Llegaron las jarras y junto con ellas un plato con croquetas de jamón y pinchos de morcilla totalmente gratis. Su sabor era espectacular, aunque de tamaño un poco pequeñas.

Mareas Vivas, Madrid, España

Mareas Vivas

Seguimos el recorrido, pues quería encontrar algo que realmente me alimentara. La segunda ronda fue en El Museo del Jamón, porque desde que llegamos a Madrid Felipe no paró de insistir en que fuéramos. La tónica allí es que todos los comensales se sienten alrededor de una gran barra rectangular, ordenando cerveza o vino acompañado de un sándwich con jamón de cualquier tipo. Mi intento por ser vegetariana se vio frustrado con el llamativo jamón serrano. La verdad es que la comida no fue gratis, pero tienen promociones de un tentempié incluido por la compra de una caña o tinto.

Aún me faltaba encontrar ese lugar que me hiciera no buscar más, que me sorprendiera y lógicamente me motivara a escribir esto. Como bien dicen, la tercera es la vencida. Llegamos a la Sidrería El Tigre, que por fuera se veía como una taberna de mala muerte; al entrar su aspecto no varió mucho, pues era oscuro, no muy aseado y no tenía mesas ni sillas. El tipo de picadas que me gustan a mí, bien locales. Pedimos nuevamente dos jarras de tinto de verano y con ellas aparecieron dos platos enormes. Nuestra cara de sorpresa fue inmediata.

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– ¿Eso es para nosotros? –le preguntamos ingenuamente al barman.

– Sí, claro –nos contestó con una risita de “obviamente es su primera vez aquí”.

Más felices imposible, pagamos y dejamos propina, lo que hizo sonar la campana de la barra. Nos ubicamos en un lugar tranquilo, aunque como era día de semana no había mucha gente, y empezamos a atacar el primer plato que tenía literalmente una montaña de paella; el segundo plato traía distintas tapas, papas bravas, alitas de pollo y unas croquetas. Este es por lejos el mejor bar en el mundo… bueno, sólo si eres una persona tan buena para comer como yo.

Salimos a nuestra cuarta y última parada, pero ya no daba para más. Entre todas las jarras de tinto de verano y los últimos kilos de comida que nos proveyó El Tigre, lo único que necesitaba era caminar, así que partimos a la Gran Vía, que estaba a sólo media cuadra. Recorrimos la calle buscando unos regalos y la comida fue bajando en cada paso; al terminar las compras el hambre había vuelto y el efecto del alcohol desaparecido.

Sidrería El Tigre, Madrid, España

La mejor comida gratis está en la Sidrería El Tigre

 

– Parece que me dio hambre –dije discretamente casi al aire para no sonar tan chancha.

– Parece que a mí también –contestó Felipe, igual de reservado intentando pasarme la pelota.

– ¿Dónde vamos? ¿A uno diferente o a la Sidrería El Tigre? –pregunté esperando que la respuesta fuera la que yo tanto quería escuchar.

– A la Sidrería de una, si ya sabemos que vamos a la segura –contestó animado por mi propuesta llena de gula.

Con una inmensa sonrisa partimos nuevamente a llenarnos de tapas gratis. Esta vez recibimos tortilla de papas, montaditos de jamón ibérico y chorizo. Sin duda la próxima vez que visite Madrid será mi primera parada, y espero que para ustedes también.

Sidrería El Tigre, Madrid, España

¡No se pueden perder este lugar!

Lugar:

España

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