Cumpleaños en Capadocia


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Ese día nos levantamos a las 3.30 de la madrugada para partir rumbo a nuestro esperado vuelo en globo. Cumplir ese sueño justo en mi cumpleaños 31 no tiene precio. Por Ximena León.

 

Globo aerostático en Capadocia

Sobrevolando Goreme

Reconozco que la moda de las teleseries turcas me tocó e hicieron que este país  me parecía apasionante. Claro que a Capadocia llegué inspirada por una producción brasileña que grabó alguna de sus escenas ahí: imágenes de cuevas y globos aerostáticos, era muy atractivo.

Fue verlo y decir “tengo que vivir esa experiencia”. Pero nunca pensé que sería este año ni menos para mi cumpleaños número 31.

Llegamos un día antes del planificado vuelo, lo que nos dio tiempo para conocer la ciudad, que es impresionante. Desde la carretera principal nada te avisa que vas llegando, pero avanzando ya unos cinco kilómetros por el camino de desvío puedes decir “estamos llegando a Goreme”.

El camino baja y se va llenando de cerros que, al mirar sus ventanitas, me hicieron darme cuenta de que eran el escenario de las cuevas. A esas alturas mi corazón a había duplicado su velocidad: ¡Qué emoción!

Goreme tiene un estero, algunas callecitas y veredas desde las cuales se puede acceder a todo tipo de restaurantes y comercio. Mirando un poco más me di cuenta de que el pueblo está rodeado de cuevas y me pregunté si realmente vivió gente allí. La respuesta apareció cuando llegué al hotel, ubicado en una de ellas.

Globos aerostáticos en Capadocia

Globos en Capadocia

¡Sin palabras para describirlo!

Al día siguiente nos despertamos a las tres y media de la madrugada para esperar el transporte hacia el vuelo en globo. Al llegar allí nos dieron desayuno mientras mirábamos cómo inflaban los globos. Mi corazón ya había triplicado su velocidad.

Una vez arriba la emoción es indescriptible. Ver la ciudad y sus entornos desde las alturas es precioso, y pasear en globo entre las cuevas es impresionante.

No hay palabras para describir la emoción que sentí al pensar que estaba cumpliendo este sueño. Un sueño que me propuse al ver una teleserie y que ese día, en mi cumpleaños 31, estaba cumpliendo. Fue entonces cuando recordé la frase de una película: “La vida es tan bella que a veces parece de verdad”.

Al bajar del globo nos esperaban con una flor, una copa de espumante con jugo de granada y una medalla. Cuando pensé que ya no podía sorprenderme más miré a mi alrededor… y bueno, la foto habla por sí sola.

Estas son las experiencias que me hacen amar los viajes, aunque a veces la nostalgia de volver casa y ver a la familia y los amigos, se siente fuerte. Vale la pena hacerlo y tener estos recuerdos hace todo más tolerable.

Lugar:

Turquía

Intereses:

Parques

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