Conocer la capital del mundo
Es la última de las grandes ciudades que siempre quise conocer; Londres, Tokio y Nueva York. Siempre pensé que sería donde primero aterrizaría, pero las vueltas de la vida quisieron que quedara para el final.
Nací y crecí en Punta Arenas. He ido incontables veces a las Torres del Paine y después de haber viajado mucho, sigue siendo mi lugar favorito en el mundo; su energía y su belleza natural son de otro planeta.
Al mismo tiempo, creo que por venir de una ciudad tan chica y remota, donde no pasaban muchas cosas, tengo una fascinación por las ciudades grandes; Tokio, Bangkok, Sydney, Londres, Berlín, Singapur, Melbourne, Barcelona, Buenos Aires y París, son de mis favoritas.
Todo pasa en Nueva York
Eventos políticos, deporte, algunas de las mejores universidades del país, la industria del entretenimiento, los medios de comunicación más influyentes, los mejores eventos de moda y música, el epicentro del arte; todo está en Nueva York. No por nada dicen que es la capital del mundo.
Esta fascinante ciudad es un centro económico y social. Hace un par de siglos llegaron los inmigrantes de Italia e Irlanda. Hoy son los asiáticos y latinos los que inundan sus calles. Siempre he querido ir a Nueva York porque sé que es una ciudad real, donde todo tipo de personas de todos los estratos sociales y razas conviven juntos; la definición de ser multicultural.
Es tanta la información que existe sobre Nueva York y han sido tantos años de ver películas y series ambientadas ahí, que tengo una lista de las cosas que quiero hacer cuando vaya, como un recorrido por los cafecitos de Brooklyn, perderme en Central Park hasta llegar a Strawberry Fields –el memorial donde asesinaron a John Lennon–, sacarme la foto de rigor afuera del departamento de Carrie Bradshaw, tomar desayuno en Tiffany’s –como Audrey Hepburn– deambular por un mar de taxis amarillos, sacarle la foto perfecta al Flatiron, entrar a la Sinagoga Central, caminar por el Upper West Side, llegar a Columbia y sentarme en una clase –tiene una de las mejores escuelas de comunicaciones del mundo–, desayunar un New York bagel, tomarme un Manhattan en Manhattan, pasar un día en los museos, dejar la guía de lado y caminar sin rumbo, partir un domingo a Harlem e ir a una misa góspel, cruzar en bici el puente de Brooklyn, tomar el tren en Grand Central Terminal, pasar un día en Coney Island, pasear por el barrio de la comunidad judía ortodoxa en Williamsburg, caminar por Greenwich Village hasta llegar a la esquina de Bedford y Grove –ahí está el edificio en que vivían los personajes de Friends– y recorrer las tiendas del Soho –el diseño y arquitectura de la tienda Prada es una obra de arte en sí misma.
Puertas en automático, cross check y reportar
Es demasiado lo que hay que ver y hacer en Nueva York como para escribirlo todo acá, y sólo hacer la lista es emocionante de por sí. Lo bueno es que no tengo que esperar tanto tiempo; Start spreading the news, I’m leaving today, canta Frank Sinatra.
Si todo sale bien, el 18 de septiembre a las 12.35 AM aterrizo en JFK. Llegar a la fascinante capital del mundo en la noche a encandilarse con sus luces tiene que ser la mejor forma para empezar a cumplir este sueño viajero.
It’s up to you, New York, New York!