Australia está instaurando un moderno sistema en sus aeropuertos, con el que pretende hacer más fáciles y rápidos los trámites migratorios.

Si alguien te dice que las máquinas se están tomando el mundo, será mejor que le creas. En los supermercados ahora las cajas son autoservicio y lo mismo está pasando en las estaciones de bencina. Muy pronto, esto también comenzará a ocurrir en los aeropuertos.

Hace algunas semanas, las autoridades australianas anunciaron que muy pronto los viajeros tendremos que decirle adiós a nuestro pasaporte, pues ya no será necesario para ingresar a dicho país. La policía migratoria será reemplazada por estaciones electrónicas de reconocimiento facial y escáneres dactilares, que identificarán a los pasajeros sin necesidad de papeleo.

Te extrañaremos, timbre

Puede que te genere un poco de delirio de persecución, pero el fin de los pasaportes le da paso a una nueva tecnología que funciona gracias a la enorme cantidad de datos que la policía migratoria posee acerca de todas las personas del mundo. La idea es determinar más rápidamente qué pasajeros presentan un verdadero riesgo y permitir que los demás puedan pasar por el proceso de ingreso o salida de Australia de una manera más eficiente.

A pesar de que el sistema comenzará a operar oficialmente en 2020, en julio se implementará un piloto en el aeropuerto de Canberra, y en noviembre lo incluirán en los de Sydney y Melbourne.

Seguramente extrañarás la maravillosa sensación de ver cómo tu pasaporte adquiere un nuevo timbre. Pero mirémosle el lado bueno a la cosa: nunca más te van a tocar más de la cuenta ni perderás tiempo valioso en las clásicas largas filas de inmigración.

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¡Nunca más una fila para pasar por policía internacional!