Chepu: el lado más sustentable de Chiloé
Con sus paisajes y leyendas, Chiloé es una isla misteriosa que nos encanta, impresiona y sorprende en cada visita. Pero fue Chepu lo que realmente me impresionó en esta oportunidad.
Al igual que en cada uno de mis viajes, antes de partir a Chiloé investigué la historia del lugar, vi fotos y leí en distintas fuentes lo que la gente opinaba, siempre dejando espacio para la sorpresa y la improvisación. Cuando leí los comentarios sobre Chepu fue difícil no querer desviarme de la ruta planificada para ir a conocer este lugar que figura como uno de los imperdibles de la isla, a pesar de que nunca lo había escuchado de mis propios compatriotas o compañeros de trabajo.
Desde Ancud tomé la ruta 5 al sur y me dejé llevar por el ritmo de la buena música y el sentimiento de que hoy es realmente un privilegio poder descubrir algo nuevo en un mundo que está cada vez mas conectado y, por lo mismo, es mas predecible que nunca. Luego de unos 30 minutos de viaje vi un pequeño cartel que indicaba la entrada a este lugar que, según pude ver en el mapa, es la puerta norte del Parque Nacional de Chiloé. Amory y Fernando eran los encargados de cuidar y mostrar este bendito lugar a gente de distintos rincones del planeta.
El pasado y presente de Amory, Fernando y Chepu Adventures –su casa y empresa–, están íntimamente ligados a este bellísimo pedazo de tierra y, por lo mismo, la mejor forma de conocer la mística, el patrimonio natural y la historia del lugar es desde sus propias bocas. Sus relatos inspiran y causan admiración sobre todo por su férreo apego y consecuencia con sus principios, concepto tan escaso y relativo en estos tiempos.
Hace más de 12 años, y luego de algunos cambios en su vida profesional, ambos tomaron la decisión de dejar atrás el sistema capitalista para probarse a sí mismos en estas tierras y comenzar a «vivir de verdad», como ellos mismos dicen, guiados por sus profundos valores de armonía con el medio ambiente, amor por la naturaleza y respeto por las familias que estaban ahí desde mucho antes que ellos. Vendieron todo y se instalaron hace ocho años en el lugar, partiendo literalmente de cero. Luego de hacer una limpieza del terreno pudieron apreciar por primera vez lo que tendrían por todos estos años frente a sus ojos: un bosque inundado donde el río se bifurca para ser el hogar de gran cantidad de aves, pequeños mamíferos y otras especies. Es esta misma vista con sus particulares cambios de colores la que hace al visitante apreciar, admirar y enamorarse de este lugar desde el primer momento.
Los dos dormitorios compartidos y los seis ecolodges de Chepu Adventures cuentan con una capacidad total para veinte personas que Amory y Fernando prefieren ir recibiendo de a poco para tener la oportunidad de dedicarles tiempo y así conocerlos mejor. Los espacios comunes son sencillos pero muy funcionales, y llaman a que la gente interactúe entre ellos y con los dueños de casa que son tremendamente cálidos y preocupados por los detalles.
El objetivo principal es llegar a ser 100% autosustentables, de forma tal de reducir la huella de carbono a cero, para lo cual han venido haciendo importantes inversiones y hoy dos de las seis cabañas ya lo son: la electricidad proviene de un molino de viento y el agua caliente de paneles solares.
Por lo anterior gente de todo el mundo cruza continentes para llegar dos o tres noches a este lugar que tiene además una de las mejores actividades de kayak y avistamiento de aves del país, trekking, fotografía, noches con sueño intenso y reponedor, y amaneceres frescos como una lechuga. Para casi todos los extranjeros la filosofía y sentimiento común instalado tiene relación con devolverle la mano a un mundo que las mismas sociedades de las que forman parte se han despreocupado de cuidar, y qué mejor forma de hacerlo que acá, en el fin del mundo.
Porque nadie es profeta en su tierra, quizás pasen años antes de que los mismos chilenos comencemos a apreciar de verdad este patrimonio natural que Amory y Fernando guardan y conservan con tanto cuidado y cariño.