Cazadora de auroras boreales
No sé de nadie que no sienta intriga por las auroras boreales. Que el cielo se llene de luces de colores de forma natural es, simplemente, increíble. Yo me propuse ver este espectáculo de la Pachamama y lo voy a cumplir.
Para mí, no hay nada como disfrutar los espectáculos de la naturaleza. Puedo pasar horas buscando una estrella fugaz o algún objeto raro (sí, ovnis). De hecho, me habría encantado ser astrónoma. Recuerdo cuando me regalaron mi primer telescopio, y aunque nunca aprendí a usarlo, no hubo noche en la que no intentara manejar el detestable artefacto.
Desde que supe que en ciertas temporadas los cielos de algunos países del hemisferio norte se llenan de colores, no he podido sacarme las auroras boreales de la cabeza.
Cuando viajé alrededor de Australia, tuve la oportunidad de conocer a muchas personas que venían de países nórdicos como Noruega y Suecia. Al ponerme a conversar con ellas, no pude evitar preguntarles sobre esta maravilla que se presenta en las alturas. Algunas de las chicas me mostraron fotos que me convencieron. Ver las auroras será mi próxima gran aventura.
¿Qué es la aurora boreal?
Es un fenómeno físico producido por las partículas con carga eléctrica del sol cuando se lanzan sobre la Tierra y chocan con los gases de la atmósfera. En otras palabras, si tienes una vista nocturna despejada y te acuestas sobre el hielo –bueno, ojalá sobre otra cosa menos hostil- vas a ser capaz de ver un juego de luces que combina amarillos, rojos, verdes, azules y morados, que realmente parece magia.
Los mejores meses para apreciarla son octubre, febrero y marzo. Y, a pesar de que la mayoría de nosotros gozamos con una gran y brillante luna llena, espero que no me toque nada parecido cuando vaya, porque afecta dramáticamente el resplandor del fenómeno.
Puedo intentar describirla infinitamente, pero las imágenes hablan por sí solas. Acá les dejo un increíble video que encontré.
La ruta al norte
Entre todos los países elegí Noruega, ya que según los viajeros es uno de los mejores lugares para ver las luces. Además, llegar sería para mí toda una aventura: desde la capital, Oslo, tendría que tomar un avión hasta Tromsø. Después me subiría a un barco, en una odisea a través de los hielos del litoral para llegar a Cabo Norte, un spot famoso entre los cazadores del fenómeno.
El sólo pensar en la experiencia de navegar por esculturas gigantes de hielo rodeada de desconocidos de todas partes del mundo y mirando el show surrealista del cielo, me hace querer renunciar a todo y partir ahora. Además, dicen que ver la aurora boreal trae buena suerte, así que es una inversión para toda la vida.