Castillos del Loira: de vuelta al renacimiento


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Si una tierra de fantasías fuera posible en escala humana, los castillos del Loira serían el lugar indicado y predilecto. Nos embarcamos en una cápsula del tiempo a cuatro ruedas y en cuestión de horas llegamos hacia un pasado lleno de historias, donde la mente se expande a la imaginación. Por Marcelo Alderete.

 

Después de celebrar un frío año nuevo en París con una amiga y su pololo, pensamos cuál podría ser nuestro próximo plan antes de mi regreso a Barcelona. Habíamos barajado varias posibilidades, pero ninguna nos convencía lo suficiente. Necesitábamos algo que se ajustara a nuestro tiempo y presupuesto. Entre buscar y buscar alternativas, mi amiga de repente dijo “¡Chateaux de la Loire!”, y ya no hubo vuelta atrás.

Al día siguiente arrendamos un auto y comenzamos nuestro viaje hacia quinientos años atrás. Los châteaux de la Loire son un conjunto de castillos renacentistas que conforman un gran circuito en la provincia de Pays de Loire, al oeste de Francia. No hay un orden especial a seguir, se puede comenzar dependiendo del lugar donde te encuentres; sólo es necesario tener un mapa y planificar la ruta de acuerdo a los castillos que quieras visitar. Son tantos que se necesita al menos un mes para verlos todos, pero nosotros teníamos sólo tres días.

Castillo Chambord, Francia

Castillo Chambord

Y de pronto estábamos en el siglo XVI

Luego de casi tres horas de viaje llegamos al primero y uno de los más importantes del circuito: el castillo de Chambord. Al verlo de lejos lo primero que pensé fue el sin sentido de vivir en un lugar tan enorme, pero al ir acercándome no dejaba de impresionarme ante la belleza y la perfección simétrica de sus terminaciones. Ese primer día corría mucho viento y pensamos que una vez dentro estaríamos más confortados. Pero cada salón era tan grande que la única forma de entrar en calor era estar un rato de pie ante las chimeneas inmensas que estaban encendidas en algunos puntos de su interior. Como soy algo fantasioso, imaginaba fantasmas deambulando por los aposentos y a veces me alejaba solo hacia algún rincón a ver si experimentaba algún tipo de encuentro paranormal con reyes, condes o duquesas, pero me tuve que conformar con ver sus rostros en las pinturas.

Castillo de Chambord, Francia

Castillo de Chambord

Al terminar de recorrer cada rincón del castillo estábamos tan cansados que decidimos continuar con el circuito al día siguiente. Nos alojamos en Blois, una ciudad pequeña y acogedora donde se encuentra el castillo del mismo nombre. Fuimos los primeros visitantes a la mañana del día siguiente, así que lo teníamos práctimante para nosotros. Lo que más me llamó la atención fue el salón donde se llevaban a cabo las míticas y exclusivas representaciones teatrales propias del neoclasicismo francés. Abandonamos Blois a media tarde y al otro lado del río pude observar que, a pesar de los años, el castillo sigue erigiéndose imponente sobre la ciudad.

Luego llegamos al castillo de Amboise, que está construido al borde de un río. En su capilla se encuentra la tumba de Leonardo Da Vinci, quien pidió ser enterrado en ese lugar. Luego de ver la panorámica de la ciudad desde la cima del castillo, entendí el porqué de su deseo. Ahí estuve varios minutos en soledad sentado en un trono de madera al lado de las llamas de la chimenea del salón principal. El momento fue único.

Castillo de Amboise, Francia

Castillo de Amboise

El último castillo fue Chenenceau, lejos el más particular, pues estaba construido sobre un río, rodeado de jardines laberínticos. Su interior tenía una decoración artística tan bien ambientada, que si alguien lo visita lo único que debe hacer es pararse en medio de los salones, transportarse al pasado e imaginar a todos esos hombres y mujeres rodeándote con sus vidas sociales cotidianas.

A veces creo que el imaginario más inmediato que tenemos de los castillos (al menos yo) es de una visión idílica o tenebrosa, y puedo decir con seguridad que ambas se cumplen. Al ir conociendo la historia con audioguía en mano, puedes darte cuenta de que cada habitación, cada salón y cada puerta cerrada bajo llave guarda historias y secretos dignos de una ficción.

Al atardecer estábamos tan cansados de subir y bajar escaleras que nos dimos por pagados con los castillos al menos por un tiempo. Llegamos a París ya de noche y, de golpe, las luces y el tráfico nos devolvieron de vuelta al presente.

Castillo Chanonceau, Francia

Castillo Chanonceau

Lugar:

Francia

Intereses:

Arquitectura Historia

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