Aruba: el ‘alto’ que todo viajero debe hacer


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Si bien somos más de ciudad que de playa, esta vez preferimos dejarnos sorprender por “la isla feliz”. Sólo así conseguimos el descanso que necesitábamos y, de pasadita, conocimos uno de los lugares más lindos del Caribe. Por Rodrigo Olave y Daniela Gajardo.

 

Veníamos saliendo de un año de bastante trabajo y estudio, por lo que el tiempo para el pololeo había sido escaso. Entonces comenzamos a planificar nuestras vacaciones, las cuales sólo tenían un requisito: descansar. Estuvimos viendo distintos destinos y, si bien nos consideramos un equipo al que le gusta recorrer y conocer (Europa es un lugar perfecto para nosotros), decidimos que este año sería diferente. Por eso optamos por sol, playa y descanso. El destino elegido: ¡Aruba!

Algunos amigos nos dijeron que esta isla tenía todo lo que estábamos buscando, pues aún no se vuelve muy turística; además, la principal actividad en ella es descansar en sus playas paradisíacas. Por otro lado, los pasajes estaban relativamente baratos (en junio de 2015 nos salió cerca de US$ 700 cada uno, aunque se pueden encontrar precios aún más bajos).

I love Aruba, Aruba

Sólo queríamos un lugar para tirarnos al sol y descansar

A toda esta lista de buenas razones hay que agregar dos más que, aunque parecen pequeñas, son muy importantes. Lo primero es que, pesar de que los idiomas oficiales son el papiamento y el holandés, toda la isla habla español e inglés, así que no tendríamos problemas para comunicarnos. Y, segundo, la isla es muy segura; no se ve ni se sabe de robos o asaltos, así que se puede caminar tranquilamente a toda hora.

Hotel de onda libre

La mayoría de los hoteles en Aruba son all inclusive, pero el nivel de precios, en comparación con el resto del Caribe, es altísimo. Revisamos cada hotel en las típicas páginas de viaje para ver cuál se ajustaba más a nuestro presupuesto, y finalmente elegimos el Holiday Inn; con una ubicación perfecta frente al mar, piezas cómodas, piscinas grandes y bar cerca de éstas, podemos decir que dimos en el clavo.

Nuestro hotel estaba en pleno Palm Beach que, en nuestra opinión, es la mejor playa del sector hotelero de Aruba. Además se encuentra a pasos de la zona comercial, de los restaurantes y de los pubs, todo muy prendido a cualquier hora del día.

Aruba

Vale la pena aprovechar los restaurantes de la isla

Aunque el hotel tenía sistema todo incluido, nosotros decidimos pagar sólo por desayuno, para así probar un restaurante nuevo cada día. Finalmente fue una de las mejores decisiones que tomamos, porque en Aruba la oferta gastronómica es muy amplia y para nada cara; al final del viaje sacamos cuentas y concluimos que hacer eso todos los días, sin privarnos de nada, nos salió aún más barato que la opción all inclusive.

Comer, comprar y algo más

Si bien la isla es pequeña, hay varias cosas que se pueden realizar si la intención no es estar todo el día en la playa.

Shopping: para su tamaño, Aruba tiene muchos malls y tiendas comerciales, los cuales no se alcanzan a recorrer en un solo día. Comparado con los precios en Chile, la mayoría de las cosas están más baratas en la isla, en especial la tecnología. Por ejemplo, nosotros compramos unos parlantes Bose al mismo precio que Amazon.

Paseo por el centro: es muy bonito, pintoresco y colorido. Hay un trencito turístico que lo recorre por completo y un guía que va contando la historia de la cuidad.

Plantaciones de aloe vera: Aruba tiene muchísimos de estos paisajes, por lo que es muy común encontrar gel refrescante con aloe vera para las quemaduras del sol en todas las tiendas. Hay un tour que hace un paseo por las plantaciones.

Deportes acuáticos: no hay duda de que Aruba tiene algunas de las mejores playas del Caribe, y esto se presta también para los deportes acuáticos. En la mayoría se pueden arrendar motos de agua y equipos de paddle surf y esquí acuático, entre otros. Lo mejor de todo es que no hay playas privadas, así que se puede entrar a todas ellas.

Playa en Aruba

Cada playa es aún mejor que la anterior

Arriendo de autos: nosotros arrendamos un jeep para recorrer la isla completa en un día (es muy pequeña, pues sólo tiene 32 kilómetros de largo y 10 de ancho), y teníamos un par de puntos marcados en el mapa, como un faro, una iglesia y un puente natural. Pero, si de recomendaciones se trata, hay dos cosas que nadie debe perderse: la primera es Baby Beach, una playa ubicada al otro lado de la isla ¡que es como estar en el paraíso! Arena blanca, casi alba, delgadísima como aterciopelada y el mar calipso, sin nada de oleaje, una maravilla.

La segunda recomendación, eso sí no tan exacta, es un restaurante. Algunas personas de allá (no lo habíamos mencionado, pero la gente es extremadamente cariñosa y feliz, con justa razón a Aruba se le dice One Happy Island) nos habían recomendado un lugar para ir a comer camarones, ya que somos fanáticos. Las indicaciones que nos dieron no eran muy buenas, pero preguntando se llega a Roma. Así nos encontramos con Zeerovers, ubicado en la orilla del mar, con una terraza construida sobre el agua. No era nada elegante, pero tampoco buscábamos eso. Uno iba a la caja, decía cuántos gramos de camarones quería y en qué tipo de preparación (a la mantequilla, salteados, crudos o en escabeche), y ahí mismo los agarraban, pesaban y mandaban a la cocina; un rato después llegaban a la mesa acompañados por distintos tipos de salsa. Sin duda han sido los mejores camarones que hemos comido, así que, agregando la tremenda vista y el buen precio, recomendamos el lugar a ojos cerrados.

Si lo que quieren es descansar de verdad, estar echados en el mar sin hacer nada y volver con las pilas puestas a Chile a un costo razonable, ¡Aruba es el lugar!

Palm Beach, Aruba

 

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