Alturas de Machu Picchu


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Tengo ganas de sentir la vibra mágica de Machu Picchu. De pararme frente a la ciudadela y leer el poema de Neruda. De vivir el Camino del Inca en su forma más pura. Tengo ganas de empaparme con esta cultura perdida.

 

Vista panorámica de la Ciudadela Sagrada de Machu Picchu

Ciudadela Sagrada de Machu Picchu

Cuenta la historia que, el día en que Pablo Neruda visitó Machu Picchu, quedó tan petrificado e inspirado frente a la enorme e imponente belleza del lugar, que sólo le tomó un par de horas escribir una de sus obras maestras: Alturas de Machu Picchu. No me puedo imaginar la fuerza del lugar. Y como no puedo ¡quiero ir!

Este poema habla sobre Machu Picchu y la majestuosidad de una cultura perdida desde el siglo XVI, cuyo hallazgo arqueológico fue tardío (¡1902!), dando paso a la peregrinación de científicos y turistas que hasta el día de hoy repletan el lugar todos los días del año.

Fue ahí, precisamente, donde Neruda comenzó su viaje a la raíz cultural de Latinoamérica, que dio como resultado su reconocido libro de poesía “Canto General”; el punto de partida que conlleva una serie de metáforas respecto al ascenso y descenso del hombre frente a la presencia de los dioses.

Callejón de Ollantaytambo

Ollantaytambo

¿Te puedes imaginar lo que un lugar fue capaz de inspirar? Todos sabemos que Neruda era un poeta prodigio y, por ende, de una alta sensibilidad. Pero me niego a creer que hay que tener estas súper habilidades para poder sentir lo que Machu Picchu puede entregar.

¿No te genera curiosidad? Todos quienes van comentan que es un lugar con vibraciones excepcionalmente poderosas y positivas. Es un lugar lleno de historias y de mitos, donde la arquitectura, supuestamente optimizada para la astronomía, se mezcla con la naturaleza inspiradora y acogedora, a una altura 2.400 metros.

¿Cómo lo haría? ¿Cómo aprovecharía al máximo mi estadía? Creo que todo el viaje tiene algo especial. El pueblo cercano donde hay que alojar es Cusco, la antigua capital del imperio Inca y una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú, del cual Chile fue parte. Desde ahí hay que llegar a Ollantaytambo y tomar un tren para llegar a Machu Picchu.

Escalera en medio de la ciudadela

Camino por la ciudadela

Las mejores historias que he escuchado al respecto son de amigos que han hecho a pie el Camino del Inca, una de las rutas para llegar a este lugar; me han comentado lo que es caminar por horas rodeados por una naturaleza sofocante, para luego llegar a la cúspide y encontrarse con esta maravilla. ¿Qué mejor que sentir que te ganaste un premio al esfuerzo? Yo de todas maneras haría el camino largo, el real, el que se hacía en tiempos incaicos.

No es posible dormir en el lugar, pero de todas maneras me las arreglaría para estar en el amanecer o en el atardecer, momentos en los cuales las sombras de las construcciones forman una imagen sin precedentes (¡todo me lo han contado mientras yo me desmayo por subirme al avión ahora ya!). Y es que para los incas estas horas, el comienzo o término de un ciclo (día y noche), significaban mucho. ¡Y yo quiero saber por qué! ¡Quiero escucharlo, verlo, sentirlo y olerlo!

Así que mi siguiente paso será comprar el libro Canto General, y luego un pasaje hacia Lima. Estando arriba de Machu Picchu leeré el poema y disfrutaré de las cosas sencillas de la vida.

Lugar:

Perú

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