Sus edificios históricos, las infinitas opciones veggies y el Gentse Feesten transformaron esta ciudad en mi rincón belga favorito.
Es inevitable sentirnos atraídos por aquellos lugares que guardan historias increíbles, que el destino ha dejado desolados.
Lo reconozco: tengo alma golosa. Y, aunque fui sin expectativas, en Bélgica me di cuenta del paraíso gastronómico en el que estaba.
Con Sinterklaas, Santa Claus, Papá Noel o el Viejito Pascuero, cada país celebra la Navidad según sus propias tradiciones.