5 cosas que hice y 4 que me faltaron por hacer en Holanda
Estuve pocos días en Holanda, pero los suficientes como para enamorarme del país. Hice cosas entretenidas (aunque otras me dejaron, literalmente, con un gusto amargo) y me quedé con cuatro buenos motivos para volver.
LO QUE HICE
1. Probar un coyac de marihuana
Se veía bonito y, aunque asumimos que no nos volaría ni por casualidad, igual lo compramos. El resultado: un dulce asqueroso y el euro peor gastado de mi vida.
2. Conocer algunos jardines secretos
Ámsterdam y Leiden están llenas de puertas misteriosas tras las que se esconden hermosos jardines. ¿Cómo reconocerlas? Por la plaquita que tienen a un lado. Muchas veces son los patios de comunidades residenciales, así que hay que entrar en silencio.
3. Comer y comer queso
Junto al Mercado de las Flores, en la calle Singel, está lleno de tiendas de quesos. En todas ellas hay degustaciones de cada tipo, así que fue inevitable entrar y probarlos todos.
4. Meterme a la mala a un campo de tulipanes
Ya lo había contado en una historia anterior. Y, aunque me metí a una propiedad privada para caminar entre tulipanes, sé que valió la pena. Mil veces más que haber ido a Keukenhof, el clásico parque donde los jardines de tulipanes son creados por paisajistas.
5. Comer bitterballen
OMG. Lo mejor que comí en el viaje. Son bolitas de carne con harina, mantequilla y condimentos, empanizadas por fuera. Así que si sabes de alguien que vaya a Holanda, no le pidas que mande fruta, sino bitterballen.
LO QUE NO HICE
1. Andar en bici
Supuestamente iríamos a conocer los campos de Tulipanes en bici, dado que las carreteras holandesas están hechas para ellas. Pero en Holanda la mayoría de las bicis son aro 28 y mis pies no llegaban ni por casualidad al suelo.
2. Fumarme un pito en un coffeshop
Teníamos poco tiempo y mucho por recorrer. Y creo que los coffeeshops merecen un buen rato no sólo para fumar, sino también para disfrutar la onda que se crea en ellos.
3. Ir a Róterdam
No es que sea fan de la arquitectura, pero Róterdam está a otro nivel. No me alcanzó el tiempo para conocer la ciudad, pero queda súper pendiente.
4. Conocer Schiphol
Dicen que el aeropuerto de Ámsterdam es uno de los más increíbles del mundo. Sólo estuve ahí muy poco rato cuando llegué desde Italia, porque mi regreso fue en tren. Me habría gustado dar una vuelta y comprobar si realmente es tan excéntrico como dicen.