Un viaje al más puro estilo europeo

 

Con 26 años, una mochila en el hombro y unas ganas locas por conocer el Viejo Continente, decidí comenzar mi «eurotrip» en Frankfurt. Y, a pesar de que la llegada no fue tan cordial como yo me lo esperaba, la ciudad no dejó de sorprenderme.

 

El “eurotrip”. Para mí, el viaje soñado, literalmente de película. Recorrer el Viejo Continente con mochila al hombro fue mi sueño viajero desde que entré a trabajar hace tres años y, durante 2014, se hizo realidad. Una aventura que, a las 6 PM en punto, comenzó con mi llegada al gigantesco aeropuerto de Frankfurt, en Alemania. Pero lo que para mí era un sueño, para la policía germana no era nada normal.

Un típico restaurante de Frankfurt

Un típico restaurante de Frankfurt

Una joven de apenas 26, latina y con cara de susto (porque no hay nada que me haya puesto más nerviosa que la seriedad de este lado del globo), tratando de entrar por su país para estar nada más y nada menos que dos meses.  ¿Qué pretendía hacer? ¿Por qué tanto tiempo? ¿Dónde me alojaba? ¿Tenía dinero suficiente para vivir? Cómo explicar los años que pasé juntando euros y mi pasión por dar la vuelta mundo. Lo único que quería era llorar.

¡Qué manera de comenzar mi viaje! En fin, los alemanes son serios, nada expresivos, pero unas máquinas si de investigar se trata. A los pocos minutos descubrieron mi verdad: solo quería viajar, conocer, recorrer, empaparme de esta cultura tan lejana. Fue cosa de segundos y ya estaba en libertad. Ahora la ciudad era mía, porque esta aventura recién estaba empezando.

Y es que Frankfurt es un pelo de la cola comparado con el resto de Europa. Sin embargo el metro es buena escuela, porque si lo entiendes, prueba superada para el resto del viaje. Pero como buena caminante, descubrí que la estación principal te lleva  a pie a todos lados. Además que todo calza, porque desde aquí aprendí que, al más puro estilo europeo, todo funciona perfecto, desde los horarios de los trenes, hasta las más vagas indicaciones de las calles.

Plaza del Ayuntamiento en Frankfurt

Plaza del Ayuntamiento

Donde comienza la aventura 

Frankfurt es mundialmente conocida por ser una ciudad de negocios. No muy turística. Es más, es una de las ciudades que, después de ser devastada por la Segunda Guerra Mundial, no se quiso reconstruir, sino que fue diseñada nuevamente de acuerdo a la época (mucho más contemporánea), nada que ver si pensamos en Berlín, Colonia o Hamburgo. De todas maneras, por cada paso que das, quedas en shock con la arquitectura, a pesar de ser un simple café o un edificio con detalles clásicos: deleitarse mirando es un must en este recorrido.

Frankfurt fue algo así como una escuela para comenzar mi recorrido. Una ciudad que me corroboró que podemos ser viajeros sin rumbo. Un puerto que te conecta al resto del mundo, que te permite detenerte un rato y pensar cuál podría ser tu próximo destino. ¿Qué elegí yo? Tomar el próximo tren a Austria…el país de los grandes músicos, donde Mozart y Schubert iban a ser mis próximos protagonistas.

Lugar:

Alemania

Intereses:

Historia Low Cost

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